Más de lo deseado escuchamos, en medios de comunicación o en conversaciones privadas que la justicia NO funciona, que es lenta y que muchas veces no soluciona el problema que nos ha llevado al Juzgado.
De forma alternativa a la justicia ordinaria se están poniendo de manifiesto otras maneras de solucionar conflictos cómo el arbitraje y la Mediación.
La Mediación es un mecanismo dónde las partes, con la intervención de un Mediador, ponen de manifiesto cuál es el conflicto y, con la ayuda del propio Mediador y las herramientas que este pone en el abasto de las partes, pueden llegar a un acuerdo. La intervención del Mediador pretende llegar al fondo de la cuestión y resolver de manera efectiva el conflicto a diferencia de las sentencias judiciales en que un tercero, el juez, decide en función de las pruebas aportadas por las partes y pone fin a una controversia pero no implica que resuelva el conflicto de fondo.
A parte de la cuestión más importante de resolución del conflicto la Mediación tiene otras ventajas: es más rápida ya que entre tres y seis sesiones de una hora se pueden llegar a un acuerdo; reducción de costes atendiendo que no hay tasas y no hay Procurador, no hay publicidad, el mediador lo puede escoger una de las partes con el consentimiento de la otra o bien las dos puedes acordar la intervención del Mediador que pueden escoger o el centro de Mediación que consideren oportuno.
Estamos delante de un proceso que resuelve conflictos, tiene más rapidez, menos costes y por lo tanto, implica un grado de satisfacción entre las partes superiores al que da un procedimiento judicial largo y costoso.
Por las ventajas que he citado la Mediación se va implantando en nuestro ordenamiento jurídico como vía de resolución de conflictos que des de Lladó Grup Consultor recomendamos.